Según Carlos Taibo, el decrecimiento es una corriente de pensamiento político, económico y social favorable a la disminución controlada de la producción con el objetivo de establecer una nueva relación de equilibrio entre el ser humano y la naturaleza (al mismo tiempo que entre los propios seres humanos).
El crecimiento económico se traduce en cohesión social pero esto no es cierto. Por lo general, produce agresiones medioambientales y explotación de recursos. Además, los países ricos expolian RRHH y materiales de los países pobres.
Se suele pensar que cuanto más horas de trabajo, más dinero y mayor consumo y que, por lo tanto, se aumenta la felicidad de la persona. Sin embargo, sólo se trata de la sociedad del hiperconsumo.
Hay otros caminos:
- Reducir la producción y el consumo en actividades automovilísticas, construcción, aviación, militar y publicidad.
- Reparto de las horas de trabajo, desarrollo de las necesidades sociales y respeto al medio natural.
Es decir, se trata de una reorganización donde haya una primacía de la vida social frente a la producción, el consumo y la competitividad. También un reparto del trabajo y una renta básica donde los que más ganan, ganen menos. Por último dar importancia a lo local frente a lo global.
Taibo cita un ejemplo muy bueno de los misioneros en la Amazonia Brasileña. Los indios cortaban la leña con instrumentos primitivos. Así que los misioneros les regalan unos cuchillos de acero inoxidable. Al cabo del tiempo, los misioneros vuelven al poblado y preguntan por los cuchillos. La respuesta de los indios fue que tardaban diez veces menos en cortar la leña. Entonces los misioneros pensaron que la producción de leña sería mayor, sin embargo los indios contestaron que producían lo mismo pero que tenían más tiempo libre.
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